Una hora inteligente. Un montón de imágenes. Neologismos del teatro de esta época: la antigua verosimilitud en caída libre. Se amenazan los previsibles y las condiciones de comunicación habituales para liberar vida que estuviera atrapada. Teatro vivo. Sus cuerpos y el sonido lo son todo para ellos. El diálogo se construye en espacios rítmicos, en producciones sonoras. Y brota allí la palabra disparatada, en simpatía con la emoción del otro y el público. Un trabajo de plasticidad emocional.
domingo, 8 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario